CRITICA DE CINE. "Los archivos del Pentágono ('The Post')"
El film parece estar dedicado
especialmente a los espectadores estadounidenses. Tiene enorme actualidad
porque se cuestionan nada menos que la libertad de
prensa, la separación de poderes, las mentiras institucionales y la visibilidad femenina.
Mentiras: Esta película tenía que haberse
titulado “Los papeles del Pentágono” porque así se conoció en España el
asunto. Son más de dos mil páginas de informes secretos y opiniones contrarias al
conflicto de Vietnam (“una guerra que no podemos ganar”) que –– durante varios
años–– cuatro gobiernos de Estados Unidos ocultaron al pueblo y al Congreso.
Los informes clasificados como alto
secreto llegaron a poder del Times y, poco después, al Post.
Los todopoderosos medios
gubernamentales consiguieron una prohibición legal contra el Times, amparándose
en la amenaza contra la seguridad del país. Cuando es el Post quien se preparaba
ya para publicarlos los inversores del diario, la banca y los grandes grupos de
presión pusieron en marcha todo su enorme poderío, para impedir que salieran a
la luz las mentiras gubernamentales
de cuatro presidentes.
Libertad de prensa: La película plantea
claramente la gran pregunta, ¿publicar o no publicar los papeles? Ahora se trata
de la lucha entre la audacia (el director del diario que interpreta Tom
Hanks) y la moderación (la propietaria Meryl Streep). El Post había recibido hacía poco un veto directo de la Casa Blanca,
que no permitía la asistencia de ningún periodista del diario de Washington a
la boda del tramposo Nixon, Tricia. Así de tirantes estaban las cosas. La enemistad
con el Presidente era total. Es la parte más emocionante de la película
La
moderación femenina:
Kay Graham es quizá el personaje más importante del film, una mujer indecisa,
pero motivada, que se encuentra con la desconfianza y el escepticismo de sus
altivos colegas masculinos del periódico. Su padre, propietario del Post,
cuando Kay se casó, puso a su esposo a la cabeza del diario. En aquél momento a
ella le pareció correcto que una mujer cediese el periódico a su consorte. Eran
otros tiempos.
Tras
el suicidio de su marido, Kay Graham tomó las riendas del Post. Es en esta
lucha, por mantener el control de su negocio y hacerse oír, donde encontramos
el actual clima por la igualdad y denuncia del sexismo; la reivindicación del
papel de la mujer. Y de parecida vigencia es la defensa apasionada de la
profesión periodística y el proceso que se emplea para que la información llegue
a los ciudadanos.
“Mi decisión sigue en pie… y me voy a la
cama”, dice con firmeza, en el momento crucial de la
película.
Poco después los más influyentes diarios
americanos respaldarán al Times y al Post. Vendrá luego la sentencia histórica
del Tribunal Supremo de los EE UU: “La
prensa debe servir a los gobernados, no a los gobernantes”. El poder de la
información para controlar el sistema.
Destacar la impecable ambientación y la
perfecta actuación de todos los numerosos actores. Merril Streep, está
soberbia.
El cine norteamericano ha tratado el
tema de la independencia de la prensa muchas otras veces. Es preciso recordar
las estupendas “Spotlight” y “Todos los hombres del Presidente”. Precisamente,
en el final de “Los papeles”, se vislumbra el comienzo del Watergate. Todo un
homenaje.
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