... Puente de Plata
Una
acaba de enterarse de que Cristiano Ronaldo deja el Real Madrid. Y, al parecer,
todos los aficionados al fútbol están de enhorabuena.
En
efecto, los anti madridistas (media España, así por encima) se felicitan,
porque este hombre profesionalmente era bueno y les metía demasiados goles; los
madridistas (la otra mitad) ya no aguantaban más las salidas inoportunas de
este engreído y sus periódicos mosqueos.
Desde
hace mucho tiempo cuando Iniesta entraba o salía del campo ––el que fuera, daba
lo mismo Cádiz o Mondoñedo–– era ovacionado. Cristiano, abucheado y bufado
hasta el delirio.
Confieso
que CR7 nunca ha gozado de mis preferencias. Es una persona que no me cae bien,
independientemente de sus innegables dotes de futbolista. Lo encuentro necio,
antipático y un ególatra subido. Parece que, en una ocasión, a un modesto
jugador de primera, al que no pudo driblar, le vino a decir algo así como “pero estoy podrido de pasta” ...
Yo le advertiría que las mejores cosas de la
vida no son cosas.
No saben los de la Juventus la que se les
viene encima. Les tengo penita. El ser más mimado del mundo del fútbol (y con
casi ya 34 años) les va a amargar la vida como no se imaginan.
Este
malcriado necesita que medio equipo juegue para él (Marcelo y Benzema parecen
sus domésticos); tira todas las
faltas y penaltis, como el clásico agonías; si algún compañero no le
cede el balón a él y lo mete en la portería contraria, se desespera y procura
no felicitarle.
En
la última final de Champions, en la que no metió ningún gol y cuya estrella fue
Bale, tuvo el penúltimo ataque de amor a sí mismo, un incontenido ataque
egoísta, soltó lo que no debía decir y sus palabras se volvieron contra él.
Dicen
que con el presidente Florentino (otra joyita) se ha llevado siempre mal. Sí,
pero ya se sabe aquello de El Padrino: Nuestros
hombres están bien pagados. Su lealtad se basa en esto. Cristiano cobraba
unas cifras desorbitantes, pero quería más. Y toneladas de halagos y de mimos.
Y,
encima, defraudó a Hacienda 14,7 millones de euros.
A enemigo que
huye…
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