CRÍTICA DE LIBROS: "Una historia negra" de Antonella Lattanzi
Una novela imposible de olvidar
SINOPSIS.
-
Justo el día después de la fiesta de
cumpleaños de su hija menor, Vito Semeraro desaparece. Él está separado de su
esposa Carla, pero la hija que tienen en común, Mara, quería ver a su padre en
la celebración de su tercer cumpleaños. Lo cierto es que no solo la niña tenía
ganas de ver a Vito.
En definitiva, el matrimonio ha pasado
toda una vida juntos, desde que eran niños, el único (y verdadero) amor para
cada uno de ellos. El problema radicaba en los celos y la agresividad
incontrolable de Vito con su mujer.
Sin embargo, la cena de cumpleaños
transcurre en total armonía, el matrimonio ya divorciado, sus dos hijos mayores
y la pequeña Mara disfrutan de una velada cargada de regalos, pastel y vino
espumoso.
¿Qué ha pasado con Vito? Toda la
familia está desesperada buscándolo. Pero no son los únicos. Hay otra mujer, la
que fuera su amante (junto a otra casi
hija) también están en alerta. Al mismo tiempo, los amigos de Vito, su
hermana y sus padres están intentando descubrir la verdad. Pero, ¿cuál es la
verdad? ¿Puede haber una sola, clara e inequívoca?
Estamos ante una de las revelaciones de
la novela italiana actual. Después de Sciascia, Camilleri, Scerbanenco o mi
admirada (estadounidense, afincada en Italia) Donna Leon, la voz diferente de Antonella Lattanzi se destaca desde las
primeras páginas de esta imprescindible novela.
Una historia que pone en cuestión muchos
aspectos como la violencia de género, la justicia italiana o la opinión pública
¿Qué
la hace diferente?
El estilo.- Muy trabajado. Plantea la trama desde varias
perspectivas y miradas. Hay que advertir que, en este libro, las frases son muy
largas y en ellas la autora mezcla descripciones, acción y diálogo (narrado no
en la forma habitual con guiones, sino entrecomillados), pensamientos del
personaje o tiempos verbales (en pasado y presente), del tipo:
“Estaban
solas, como siempre, hacía frío, pero el cielo estaba despejado, era marzo.
Rosa miró hacia arriba: haz que sea feliz “.
Este método de escritura (confieso
que me resulta incómodo) obliga al lector a prestar
atención y a no perderse detalle porque se le puede escapar algún dato intimista
importante o reflexiones sobre los protagonistas:
Carla esbozó una sonrisa, o eso le pareció a Milena, la odió
todavía más, pero no era solo odio, también eran unas ganas desesperadas de
hablar, de saber cuánto, con precisión, había querido Vito a Carla, y si alguna
vez la había amado a ella, a Milena. ¿Por qué Vito le pegaba a Carla? ¿Por qué
no le pegaba a ella? Porque no me quería.
La violencia.–
Se manifiesta en muchas formas: contra la mujer, sobre todo; el ensañamiento de la familia de Vito, de conducta
mafiosa; la fiscal con unos interrogatorios ferozmente agresivos y censurables;
el trabajo, de sueldo miserable que los aprisiona; los pisos pequeños; la
prensa, que lo mismo trataba a Carla de mantis o mujer fatal que la consideraba
Juana de Arco.
Los
personajes.– Vito
es un maltratador con su esposa, pero en su trabajo no es un tipo violento;
todo lo contrario. Lo mismo decían sus hijos, su amante, la hija de su amante;
lo decían los parientes, los amigos. Carla,
su vida no ha sido fácil, en absoluto fácil; “los unía algo innato, si no era
el amor era la rabia”. Los tres hijos: Nicola
es un chico de 18 años; Rosa, tiene
dos años menos y la pequeña Mara,
tres años, el símbolo inocente de lo que puede hacer el mal; me parece un hallazgo
el personaje porque la autora ––gracias a esta niña–– puede tirar de la acción en
muchos momentos y lastra la vida de sus hermanos mayores, que han de cuidarla. Mimma, la hermana de Vito, es un arquetipo
colosal, digna ella sola de otra novela. La Fiscal, desdeñosa y feroz; se hace odiar, como ya he apuntado.
La intriga.- No es una novela clásica de suspense porque
pronto se sabe quién es responsable de la muerte de Vito. La gran pregunta, el
misterio, es ¿Qué ocurrió realmente?
Lattanzi va desgranando información y nuevos ingredientes página a página. Lo
hace de forma magistral:
Milena, en las últimas filas, pensaba en lo que
había visto aquella noche, pero que a nadie, ni bajo juramente, le revelaría
jamás.
El escenario.
- Roma;
el calor asfixiante de agosto; la
presencia casi constante de las gaviotas
(diríase que es un guiño a Hitchcock).
El final del libro me ha parecido memorable, uno
de los mejores finales que he leído en mi vida.
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