“Se me inundó…”


Este 2020 está siendo un año bisiesto muy duro. En enero, el temporal de la mar encrespada, anegó el Paseo y las casas de la Playa. Después, el coronavirus y ahora –la noche del primero de abril––, fue el cielo el que se desbarató y causó un desastre desconocido hasta la fecha.
¿Qué es lo que ocasiona estos siniestros?
El desbarajuste del calentamiento global, la imprevisión crónica de los responsables de tomar medidas a largo plazo… Es decir, nada nuevo; otro desconsuelo más para los sufridos ciudadanos.
Los afectados, impotentes, desvalidos y ––en este grave momento de alarma–– doblemente desolados y desasistidos; porque todo el comercio está cerrado a causa de la pandemia y los profesionales (fontaneros, electricistas…), confinados en sus casas, sin poder desplazarse a prestar ayuda. Nuestro Ayuntamiento no ha informado. Otra vez nos ha regalado, a los vecinos de la playa, un silencio estruendoso.
Como diría Zorba el Griego: Un desastre esplendoroso.
No quiero dramatizar, pero me subleva que todas estas cosas nos superen. Somos un país solidario y constantemente nos estamos volcando con los vecinos que precisan nuestro menester. Empero, somos incapaces de adelantarnos con medidas precautorias tan simples como el mantenimiento técnico eficaz de las conducciones o conseguir un alumbrado que aguante la lluvia, una fibra óptica que no nos aísle de los sistemas modernos, terminar la Avenida Mediterránea, no permitir determinado urbanismo…
Se pasará esta hecatombe y seguiremos igual. Es nuestro sino.
Porque, claro, también somos el país con los políticos y autoridades menos eficaces y con más cara de póquer. Eso sí:  seguirán aguerridos y seguirán siendo campeones del mundo en organizar fiestas, bous y pa i portas.
¡Malhaya, malhaya!

“La Playa”, que cantaba Manu Chao, “Tiene mucho cielo y mucho mar” …
Primero la mar, luego el cielo. Nos destrozan. Sin remedio.

Un pequeño alivio: Ayer, estaba enviando WhatsApp a la familia, y escribía se me inundó… y el servidor me sugería el corazón
Me regaló la sonrisa de la mañana.

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