CRÍTICADE LIBROS. - “El cuento de nunca acabar” de Carmen Martín Gaite (330 págs.)

SINOPSIS de la Editorial Siruela:

El cuento de nunca acabar permite al lector, como ningún otro libro, conocer y disfrutar el rico pensamiento y el extraordinario mundo que caracterizaron la obra y la vida de esta autora salmantina. Lo que Carmen Martín Gaite se propone es dirigirse al lector de su libro como ese niño que ha de aprender a leer y se resiste. La autora nos invita a almorzar literatura, no a sentarnos ceremonialmente a la mesa de la literatura. Por eso su texto adquirirá el aire de divagación que no deja de recordar a sus cuadernos de todo, esos cuadernos en donde iba apuntando y explayando lo que se le ocurría al paso de la vida y de la escritura y cuyo nexo de unión era, naturalmente, la mirada del narrador. En verdad hay que decir que El cuento de nunca acabar es, además, el diario de una escritora.                  

(José María Guelbenzu)

*  *  *

Carmen Martín Gaite (Salamanca 1925- Madrid 2000), es una de las mejores narradoras del siglo XX. Su padre, vallisoletano, era notario en Salamanca; su madre era de ascendencia gallega. La Gaite, como era conocida en los ambientes culturales, era una señora culta y divertida, de pelo gris blanquecino.

Amiga de Ignacio Aldecoa, Jesús Fernández Santos y Agustín García Calvo, en Madrid conoció a Rafael Sánchez Ferlosio (con el que se casaría). Estando en Norteamérica dando clases y estudiando, en 1985, perdió a su única hija Marta (víctima de Sida, al inyectarse heroína con una jeringa infectada). Dejó dicho entonces: La poética puede ser una solución para el drama de la existencia.

Escribió durante cincuenta años. En 1958 ganó el Nadal con su estupenda “Entre visillos”.

Le maravillaba la justeza y precisión de la respuesta que le dio un hombre del campo a la pregunta de si había visto pasar a una persona concreta. ”Si pasó yo no lo vi”, fue la respuesta concisa; una proeza que la escritora elogiaba merecidamente.

Este libro, El cuento de nunca acabar, es el diario de una escritora, un libro de teoría literaria lleno de anécdotas; es también una propuesta práctica de lectura. “Mira, si te lo cuento bien vamos a entretenernos mucho”, es una advertencia de que cualquier cuento bien contado puede convertirse en el cuento de nunca acabar.

Nos habla del lenguaje cotidiano, del aprendizaje de los niños; lo que tanto molesta a los niños cuando les dicen en el parque que se pongan a jugar. Los niños contactan con animales, árboles, frutos de la tierra, palos y piedrecitas, todo ello les da suficiente material de improvisación y juego. Cuando sus madres les llaman para volver a casa a comer, en sus mentes no había tenido cabida si ya se habían puesto a jugar o no.

El adulto pone barreras al juego infantil.

El cuento “El Gato con Botas” es un admirable ejemplo ––dice Martín Gaite–– de fabulador vocacional. Es un cuento dentro de otro cuento: urde una ficción que los transforma y magnifica. A su amo lo inventa como Marqués de Carabás. Es entonces cuando el protagonista-narrador hace (al niño que escucha el cuento) cómplice de una trampa.

“La lectura requiere un esfuerzo, atención, concentración y tiempo. El libro no es más que un artefacto muy útil, la literatura es un afán de expresión y el autor es un ser humano que necesita expresarse”.

Deliciosa su manera de narrar; la he disfrutado especialmente por sus aportaciones salmantinas, tan entrañables para mí.

Es un ensayo recomendable para los interesados en la escritura y la lectura.

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