CRÍTICA DE LIBROS. – “Una historia ridícula”, de Luis Landero – 277 págs.

Sinopsis de Tusquets: Marcial es un hombre exigente, con don de palabra, y orgulloso de su formación autodidacta. Un día se encuentra con una mujer que no solo le fascina, sino que reúne todo aquello que le gustaría tener en la vida: buen gusto, alta posición, relaciones con gente interesante. Él, que tiene un alto concepto de sí mismo, es de hecho encargado en una empresa cárnica. Ella, que se ha presentado como Pepita, es estudiosa del arte y pertenece a una familia adinerada. Marcial necesita contarnos su historia de amor, el despliegue de sus talentos para conquistarla, su estrategia para desbancar a los otros pretendientes y sobre todo qué ocurrió cuando fue invitado a una fiesta en casa de su amada.

*  *  *

Luis Landero confiesa que él no ha escrito esta novela. El escritor dice que ha dejado a Marcial, el protagonista, que nos cuente esta historia. Y Landero lo dice muy serio.

Marcial sostiene: “prefiero saber poco de mucho que mucho de muy poco”. Como su nombre indica es un hombre gallardo y garboso, que se hace entrevistas a sí mismo y disertaciones sobre cualquier tema sólo por el gusto de oírse disertar. “El libro es un ensayo sobre mí mismo”.

Tiene 48 capítulos, lo que da una media de cinco o seis páginas por capítulo. Lo que ya presupone muy ágil lectura; como siempre resulta la de Landero. El arranque de la novela es una clara muestra de estilo cervantino, de ese Landero que nunca defrauda, que lo hace un autor admirado de verdad. Fernando Aramburu le ha confesado su devoción: “Yo, de este hombre, leo hasta la lista de la compra” …

Es prodigiosa la forma de relatar de Marcial, en primera persona, contándonos su pensamiento, sus anécdotas más o menos banales con amenidad extraordinaria; muy divertido.

El Marcial nos muestra su peculiar concepto de la ofensa, del odio, del placer, de la envidia, de la hipocresía, del olvido, del amor, de las apariencias. En numerosos casos el narrador acude a resaltar lo que está diciendo: “Repito”. Hilarantemente, repite lo que sea.

El libro es pura digresión, extravío y divagación; un continuo irse por las ramas o en diálogos con el supuesto lector, que resulta muy peculiar y con encomiable resultado. Una divertida historia (lo que hace un hombre enamorado para desbancar a otros pretendientes), brillantemente contado por el mejor escritor actual.

––¿Que no?

––¿Cómo que no? Mi amigo Álvaro afirma: Landero no escribe, da lecciones.

El protagonista nos declara que se siente vigilado por el lector que escucha sus comentarios. Este juego es muy resultón por las suspicacias del personaje ––que sobrepasa cualquier peregrina pregunta del lector–– con sus propios devaneos. Y entonces explota la colosal inteligencia de Landero.

En el amor, todas las trampas para conquistar a la amada, son válidas. Y hasta se acepta la impostura: fingimos ser mejores y más atractivos de lo que somos de verdad.  Es en este punto donde nuestro Marcial se desmelena.

Repito: muy divertido.

Un libro recomendable hasta por el tamaño de la letra. Disfrútenlo.

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